Abstract
El reciente fallecimiento del humanista Julio Picasso Muñoz ha conmocionado, quien dejó este mundo en enero del 2015, y por los 750 años de nacimiento del poeta Dante Alighieri. Para P. Donato Jiménez Sanz, O.A.R. Más que una extensión de su congoja, producida por la pérdida, este texto es la celebración de una gran amistad, el recuerdo de largas jornadas de trabajo y oración, las expectativas en su labor como académico y traductores de autores clásicos —considerados por Julio y el P. Donato como “sus amigos”—, así como la esperanza propia de un católico en torno al encuentro con Dios. De igual modo, este texto puede considerarse una invitación a compartir y refugiarse con frecuencia en los clásicos que siempre nos esperan con su bondadosa sabiduría.