Abstract
Mongolia, de Bernardo Carvalho no es solo una colección de apuntes de viaje, sino, un relato que estratifica tres niveles diferentes de narración. El viaje como nomadismo, búsqueda cognoscitiva e impulso ontológico de la existencia se intercepta con un nivel lingüístico-metanarrativo enfatizado por la forma específica de los diarios leídos, transcritos y presentados al lector. El fracaso del viaje, se ve en esta obra, como el interno de una tensión incesante.