El Emotivismo libertario y sus secuelas. La libertad, sin el referente de la condición humana, convierte los deseos en derechos.
Resumen
Este trabajo presenta una propuesta de comprensión de la crisis ética que anida detrás de una serie de reivindicaciones que parten de la libertad y buscan convertir ciertas apetencias en derechos. Existe un trasfondo antropológico que privilegia los deseos y niega la posibilidad de una naturaleza humana capaz de perfilar la andadura de las personas.
Junto a los ya estudiosos ídolos del poder, el dinero, la fama y el placer, nos parece que existe un nuevo ídolo, el emotivismo libertario. Este nuevo ídolo es el común denominador del actual divorcio unilateral, de los continuos intentos de despenalizar el aborto y de los proyectos alrededor de las uniones civiles. Se ha elegido una perspectiva filosófico-antropológica. De esta forma se ubica como el referente moderno por excelencia a Jean Jacques Rousseau y, aun cuando en el legalismo liberal el triunfo fue el de Thomas Hobbes, en el vitalismo emotivista el gran triunfador póstumo es el primero: el buen salvaje redomado no soporta ni los límites de la ley ni los de la condición humana. Hecho el diagnóstico, la sugerencia es colocar, nuevamente, a la libertad en el conjunto de los radicales de la existencia humana. Una libertad que abrace la verdad del ser humano en toda su extensión y profundidad,
La libertad huérfana de la verdad de la naturaleza humana no hace más que empobrecer la realidad humana.
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